Cuando cayó en nuestras manos el libro de Anxo, Los 88 Peldaños del Éxito, nunca pensábamos que fuera a ser tan importante para nosotros. En primer lugar, es un libro que recoge todo lo necesario para que un negocio prospere.

Si lees el libro, anotas lo imprescindible de cada capítulo y lo pones en práctica, es imposible que no te vayan bien las cosas. Además, es la metodología que han seguido para crear el método de 8 Belts, y la verdad es que no les ha ido nada mal.

En Analíticamente creemos que el capítulo 14 del libro, el dedicado a la fijación de objetivos, es imprescindible para la correcta planificación y ejecución de tus metas.

Nuestros clientes siempre se preocupan por si sus proyectos van a triunfar o no. La respuesta que les damos es que en el mundo de los negocios se puede triunfar por 3 vías: si eres el mejor, si eres el primero o si logras ser único. Para conseguir cualquiera de esas 3 vías hay que trabajar mucho, siguiendo un plan muy bien estructurado y siendo muy constante.

Nuestra recomendación es que te marques un objetivo y sigas cada uno de los 5 pasos. Si lo haces probablemente consigas más de lo que te has propuesto.

Los 5 pasos del pentágono mágico son los siguientes:

1-    Concreción.

Uno de los errores más comunes. ¿Qué quieres ser o qué quieres conseguir? Tienes que responder a esa pregunta, pero no vale con decir quiero hacer más deporte sino quiero hacer 2 días a la semana carrera continua o 2 días a la semana pádel.

Es imprescindible definir con mucha exactitud lo que se quiere conseguir, el objetivo en sí, pero no es menos la definición de los hitos y la fijación de plazos a la hora de conseguirlo. Necesitas saber qué quieres conseguir, cómo lo quieres conseguir, haciendo el qué y la fecha en que lo deseas.

2-    Hazlo digerible.

Debe ser algo asequible, que puedas llegar a cumplir. Es mucho mejor empezar con algo sencillo, cumplir y subir que no con algo muy complicado, que no se pueda cumplir y que te obligue a bajar. Hay que pretender conseguir regularidad, para crear un hábito.

3-    La tolerancia-cero.

Cuando hayas decidido cuál es tu objetivo, divídelo en 2: el óptimo y el de tolerancia-cero. El óptimo es el idóneo, pero al mismo tiempo es retador por su dificultad. El de tolerancia-cero es subóptimo, mucho más asequible, pero te ayudará a crear regularidad en tu hábito. Para planificar el objetivo de tolerancia-cero, tienes que imaginar el peor de los escenarios, aquel que sea tan fácil de cumplir, que pase lo que pase, no exista ninguna excusa que justifique su incumplimiento. Cúmplelo siempre, así no romperás el contacto con tu meta.

Si tu objetivo es leer 60 minutos al día, un objetivo de tolerancia-cero sería leer tan sólo 10 minutos. ¿De verdad que no puedes encontrar 10 minutos en los 1.440 minutos que tiene el día? No me lo creo.

4-    La Locomotora.

Imagina un vagón. Cada día es uno, si no cumples un día con tu objetivo (aunque sea con el de tolerancia-cero) la locomotora se rompe. Para llegar a alcanzar tu objetivo, sólo te servirán locomotoras enteras. Respeta esta regla porque es lo que diferencia a los ganadores de los perdedores, a los que logran cumplir con sus objetivos de los que no. No abuses de los vagones con tolerancia-cero o verás como tu objetivo se aleja.

5-    Los despertadores.

Son disparadores que pones en tu vida para que activen tu plan de acción, para activar el cumplimiento del objetivo. Un ejemplo de despertador sería recoger la vajilla de la fregadera después de la cena o leer antes de ir a dormir. Tienen que ser hechos que suceden con regularidad y predecibles. Es muy importante que sea de inmediato y que no exista ninguna actividad entre el despertador y la puesta en marcha.

Lo que aportan los despertadores es concreción y claridad a la hora de realizar el plan de acción. Te dan un punto muy claro de cuándo ponerte manos a la obra.

Te aseguramos que si cumples al pie de la letra cada uno de los 5 pasos del pentágono mágico, tu objetivo será algo hecho realidad. Esperamos que te haya servido de gran utilidad.

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